Los suministros de alimentos de los que depende Gaza se han marchitado respecto a su nivel anterior a la guerra y los trabajadores humanitarios han informado de signos visibles de inanición, especialmente en las zonas del norte y el centro de Gaza más afectadas por la guerra de Israel contra Hamás desde el 7 de octubre.

Las mediciones de la circunferencia de los brazos de miles de niños pequeños y bebés mostraron que el 9,6% estaban gravemente desnutridos, lo que supone un aumento de unas 12 veces respecto a los niveles de antes de la guerra, según una nota de la oficina humanitaria de la ONU, OCHA.

En el norte de Gaza, la tasa era del 16,2%, es decir, uno de cada seis.

En las últimas semanas, los camiones de alimentos han sido asaltados regularmente por multitudes hambrientas antes de que pudieran llegar a los hospitales a los que se dirigían, según los trabajadores humanitarios.

La organización benéfica ActionAid dijo que algunos gazatíes estaban comiendo hierba. "Todas y cada una de las personas de Gaza pasan ahora hambre y la gente sólo dispone de 1,5 a 2 litros de agua no potable al día para cubrir todas sus necesidades", afirmó.

La organización benéfica Islamic Relief citó a un miembro de su personal en Gaza diciendo: "Mis hijos y yo no hemos comido fruta ni verdura durante meses, y la gente es asesinada cuando intenta encontrarse con los camiones de ayuda que llegan de la ONU...

"Estamos intentando hacer pan con maíz seco que antes utilizábamos como pienso, ya que la harina es extremadamente escasa ... Y somos relativamente afortunados en comparación con la mayoría de la gente, que no tiene nada de nada".

La organización internacional sin ánimo de lucro Project HOPE declaró que alrededor del 15% de las mujeres embarazadas que había evaluado en su clínica de Deir Al-Balah, en el centro de Gaza, la semana pasada estaban desnutridas.

También informó de un aumento de la anemia, o deficiencia de hierro, que puede aumentar los partos prematuros y las hemorragias posparto.

El Dr. Santosh Kumar, su director médico, que regresó de Gaza la semana pasada, dijo que él y su equipo se habían limitado a una comida al día en solidaridad con los gazatíes.

"La gente se muere de hambre, no tiene dignidad", declaró a Reuters. "La gente me decía: 'Los muertos tienen más suerte'".