La caída del yen a su nivel más bajo de los últimos 24 años frente al dólar está inflando el coste de las importaciones de materias primas, perjudicando a los minoristas y a los hogares y creando un dolor de cabeza a los políticos que se enfrentan a las elecciones de la cámara alta el próximo mes.

Cuando se les preguntó cómo afectaba a su negocio la caída del yen a unos 130 por dólar, el 46,7% de las empresas encuestadas dijo que el impacto era negativo, según la encuesta de Tokyo Shoko Research.

Cerca del 21,7% dijo que la debilidad del yen tenía efectos tanto positivos como negativos, mientras que el 28,5% dijo que no tenía ningún impacto. Sólo el 3% dijo que la caída del yen era buena para su negocio.

Entre las empresas más pequeñas, la proporción de las que consideraban que la debilidad del yen era negativa para su negocio era del 48,2%.

El yen se situó el martes en 134,55 por dólar, después de haber tocado el lunes su nivel más bajo en 24 años, 135,22. Este año ha caído un 14% frente al dólar.

El cuestionario de la encuesta se envió del 1 al 9 de junio a 5.667 empresas; respondieron 2.649.

Los responsables políticos japoneses han intensificado las advertencias verbales contra las caídas bruscas del yen, pero sus comentarios han tenido poco efecto para frenar la caída de la divisa.

Muchos agentes del mercado esperan que la caída del yen continúe, ya que los inversores se centran en la divergencia de políticas entre el Banco de Japón, que ha prometido mantener los tipos de interés ultrabajos, y su homólogo estadounidense, que está planeando subidas de tipos agresivas.