"No veo estas señales (de tensiones crecientes)", declaró en una conferencia de prensa, añadiendo no obstante que el BCE vigilaba constantemente la estabilidad financiera.

Las acciones bancarias volvieron a caer con fuerza el viernes, con los gigantes europeos Deutsche Bank y UBS golpeados por la preocupación de que los reguladores y los bancos centrales no hayan contenido aún la peor sacudida que ha sufrido el sector desde la crisis financiera mundial de 2008.