Por desgracia, Bao no es el primer ejecutivo chino influyente que desaparece de la escena pública en los últimos años. En marzo de 2020, Ren Zhiqiang, un respetado ejecutivo del sector inmobiliario, fue condenado a 18 años de prisión por corrupción tras criticar en público al presidente Xi Jinping.

Precedentes

Qu Dejun, director y copresidente de Seazen Holdings, también fue denunciado como ilocalizable por la empresa, antes de dimitir como vicepresidente por motivos personales. Yang Zhihui, presidente de Landing International (rebautizada como Shin HWA World), sufrió una situación similar en 2018, lo que provocó que las acciones de la compañía cayeran más de un 30%.

Otros casos también han despertado la preocupación de los inversores, como el de Wu Xiaohui, expresidente de Anbang Insurance Group, condenado a 18 años de prisión por fraude y malversación. Xiao Jianhua, multimillonario y fundador de Tomorrow Holdings, también fue detenido y condenado a 13 años de cárcel por varios delitos, entre ellos desvío ilegal de depósitos públicos y corrupción.

Los inversores también se alarmaron por la desaparición de Guo Guangchang, fundador y presidente de Fosun International, en 2015. Aunque volvió a su puesto poco después, su desaparición ya había provocado una caída del precio de las acciones de la empresa.

Yim Fung, presidente y consejero delegado de Guotai Junan Securities, también fue dado por desaparecido en noviembre de 2015, antes de regresar a su puesto un mes después tras ser interrogado por las autoridades.

Estas misteriosas desapariciones tienen un impacto significativo en las empresas implicadas, así como en los inversores que temen una represión más amplia. De hecho, la desaparición de altos ejecutivos plantea dudas sobre la estabilidad y la transparencia de las empresas chinas, que a menudo están controladas por el Estado.