Los responsables políticos chinos planean excluir la deuda acumulada por la adquisición de activos en dificultades a la hora de calcular el cumplimiento de las "tres líneas rojas" por parte de los promotores inmobiliarios, informó el viernes el proveedor de inteligencia financiera REDD, en medio de una tensión sin precedentes en el sector.

La política de las "tres líneas rojas" restringe la cantidad de nuevos préstamos que los promotores inmobiliarios pueden obtener cada año, estableciendo límites a sus ratios de endeudamiento.

Los gobiernos locales, incluidos los de Shanghai y Guangdong, celebraron la semana pasada reuniones con promotores estatales nacionales, añadió REDD, después de que los responsables políticos pidieran a las empresas a mediados de diciembre que adquirieran activos de 11 promotores privados con problemas de liquidez para aliviar su tensión financiera.