"Los grandes emisores tendrán que comprar permisos para vender combustibles contaminantes. Cuanto más sucio sea el combustible, mayor será el precio", declaró Hochul durante el discurso pronunciado en el Capitolio estatal de Albany, y añadió que los ingresos se utilizarán para "cubrir las facturas de los servicios públicos, los costes de transporte y los esfuerzos de descarbonización".

El programa, que reducirá el tope de emisiones cada año, será diseñado por el Departamento de Conservación Medioambiental del estado y la Autoridad de Investigación y Desarrollo Energético del Estado de Nueva York, de acuerdo con el mandato del estado de lograr una reducción de las emisiones del 40% respecto a los niveles de 1990 para 2030, y del 85% para 2050.

Los grandes emisores de gases de efecto invernadero y los distribuidores de combustibles para calefacción y transporte tendrán que comprar permisos por cada tonelada métrica de emisiones asociadas a sus actividades, lo que les empujará a la transición hacia alternativas menos contaminantes, según la oficina del gobernador.

Nueva York se encuentra entre los 12 estados del noreste que participan desde 2005 en un programa del estilo "cap-and-invest", la Iniciativa Regional de Gases de Efecto Invernadero, que ha contribuido a reducir a la mitad las emisiones de las centrales eléctricas y ha recaudado casi 6.000 millones de dólares, según la oficina.