Los ataques con drones reportados el miércoles (14 de septiembre) en Mekelle siguieron a una oferta de alto el fuego por parte del Frente de Liberación Popular de Tigray el fin de semana.

Lleva luchando contra las fuerzas federales desde finales de 2020.

El gobierno de Etiopía no respondió inmediatamente a las solicitudes de comentarios.

Un funcionario del hospital dijo que dos personas también resultaron heridas el martes en los ataques contra la Universidad de Mekelle y un canal de televisión local.

También se informó de otro ataque aéreo a finales de agosto.

El conflicto ha matado a miles de civiles, ha desarraigado a millones de personas y ha provocado el hambre en la ya empobrecida región de Tigray.

El martes, el comandante en jefe del TPLF, Tadesse Werede, dijo en una entrevista en la televisión de Tigray que los militares de Eritrea se habían unido de nuevo al conflicto, tomando la ciudad de Shiraro, cerca de la frontera.

El ministro de información de Eritrea no respondió a las solicitudes de comentarios.

Los portavoces del ejército y del gobierno de Etiopía tampoco respondieron a las solicitudes de comentarios.

Las tropas eritreas entraron previamente en la guerra días después de que estallara.

Ambos gobiernos negaron su presencia durante unos cinco meses.

Los residentes y los grupos de derechos han acusado a las tropas eritreas de abusos, como violaciones en grupo y esclavización sexual de civiles, asesinatos masivos de civiles y torturas.

Eritrea ha negado estas acusaciones.

Verificar las afirmaciones es difícil, ya que no se permite la entrada de reporteros en la región y ésta no tiene conexiones telefónicas desde que las tropas federales se retiraron hace más de un año.