El establecimiento de comunicaciones entre militares era esencial para reducir las fricciones entre las dos potencias mundiales, dijo a los periodistas Sarah Beran, directora principal del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca para Asuntos de China y Taiwán, en una sesión informativa sobre el viaje.

"Esta es una forma absolutamente crítica para nosotros de gestionar la competencia, la comunicación de crisis, asegurar que no haya mala comunicación o mala percepción sobre las intenciones del otro", dijo Beran.

"Seguimos estando dispuestos y capacitados a todos los niveles para reunirnos y pedir a China que responda adecuadamente a ello".

Durante la visita de Blinken, la primera a China de un secretario de Estado estadounidense desde 2018, las naciones acordaron atemperar las rivalidades para evitar conflictos, pero no hubo avances.

China citó las sanciones estadounidenses como un obstáculo para el diálogo militar que Blinken dijo que había planteado repetidamente a sus anfitriones y que seguiría impulsando.

El ministro de Defensa chino, Li Shangfu, ha sido sancionado desde 2018 por la compra de aviones de combate y equipos al principal exportador de armas de Rusia, Rosoboronexport.

PREOCUPACIONES GLOBALES

La falta de canales abiertos entre ambas naciones ha provocado el nerviosismo internacional, con la reticencia de Pekín a entablar conversaciones militares regulares con Washington alarmando a los vecinos de China.

En la misma sesión informativa del martes, el principal diplomático del Departamento de Estado estadounidense para Asia Oriental, Daniel Kritenbrink, afirmó que una gestión exitosa y responsable de la relación entre Estados Unidos y China sólo será posible si se trata de una "vía de doble sentido".

Kritenbrink dijo que afirmar que todos los problemas bilaterales fueron causados por una de las partes "simplemente no refleja la realidad".

En uno de los intercambios más significativos entre Estados Unidos y China desde que el presidente estadounidense Joe Biden asumió el cargo, las dos partes parecían enzarzadas en una multitud de asuntos, desde Taiwán al comercio -incluidas las acciones estadounidenses hacia la industria china de chips-, pasando por los derechos humanos y la guerra de Rusia contra Ucrania.

El resultado más concreto del viaje fue un compromiso de más compromisos diplomáticos con nuevas visitas de alto nivel a Estados Unidos en los próximos meses, incluidos posibles viajes de la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, y de la secretaria de Comercio, Gina Raimondo.

El ministro chino de Defensa Nacional, Li Shangfu, declinó a principios de mes una invitación para reunirse con el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, en la cumbre de seguridad de Shangri-La.