El Departamento de Comercio de Estados Unidos publica este viernes las normas definitivas para impedir que las subvenciones a la fabricación de semiconductores sean utilizadas por China y otros países considerados preocupantes para la seguridad nacional estadounidense.

La normativa es el último obstáculo antes de que la administración Biden pueda empezar a conceder 39.000 millones de dólares en subvenciones para la producción de semiconductores. La histórica ley "Chips and Science" proporciona 52.700 millones de dólares para la producción de semiconductores, la investigación y el desarrollo de la mano de obra en Estados Unidos.

El reglamento, propuesto por primera vez en marzo, establece "guardarraíles" al limitar a los receptores de fondos estadounidenses la posibilidad de invertir en la expansión de la fabricación de semiconductores en países extranjeros preocupantes como China y Rusia, y limita a los receptores de fondos de incentivos la posibilidad de participar en esfuerzos conjuntos de investigación o concesión de licencias tecnológicas con entidades extranjeras preocupantes.

En octubre de 2022, el departamento emitió nuevos controles de exportación para impedir el acceso de China a determinados chips semiconductores fabricados con equipos estadounidenses, en su intento de frenar los avances tecnológicos y militares de Pekín.

"Tenemos que estar absolutamente vigilantes para que ni un céntimo de esto ayude a China a adelantarse a nosotros", declaró el martes ante el Congreso la secretaria de Comercio, Gina Raimondo.

Si los beneficiarios de la financiación violan las restricciones, el Departamento de Comercio puede recuperar las subvenciones federales.

Raimondo dijo al Congreso que está trabajando lo más rápido posible para que se aprueben las adjudicaciones.

"Siento la presión", dijo Raimondo. "Vamos retrasados, pero es más importante que lo hagamos bien. Y si tardamos otro mes o unas semanas más en hacerlo bien, lo defenderé porque es necesario".

El reglamento prohíbe a los beneficiarios de la financiación ampliar de forma significativa la capacidad de fabricación de semiconductores en países extranjeros preocupantes durante 10 años. También restringe a los receptores algunos esfuerzos conjuntos de investigación o de concesión de licencias tecnológicas con entidades extranjeras preocupantes, pero permite las normas internacionales, la concesión de licencias de patentes y la utilización de servicios de fundición y embalaje.

Las normas finales prohíben la expansión material de la capacidad de fabricación de semiconductores para instalaciones punteras y avanzadas en países extranjeros preocupantes durante 10 años. También aclara que la producción de obleas se incluye dentro de la fabricación de semiconductores.

La norma final vincula la ampliación de la capacidad de fabricación de semiconductores a la adición de salas blancas u otro espacio físico, definiendo las ampliaciones materiales como el aumento de la capacidad de producción en más de un 5%.

La norma prohíbe a los beneficiarios añadir nuevo espacio de sala blanca o líneas de producción que supongan una ampliación de la capacidad de producción de una instalación superior al 10%.

La norma también clasifica algunos semiconductores como críticos para la seguridad nacional, lo que desencadena restricciones más estrictas, incluidos los chips de computación cuántica de generación actual y de nodo maduro, en entornos de radiación intensiva y para otras capacidades militares especializadas.