Burkina Faso lucha desde 2015 contra militantes islamistas activos en las regiones del norte, algunos de ellos vinculados a Al Qaeda y al Estado Islámico.

Los combates fueron especialmente encarnizados y causaron numerosas víctimas, según el ejército, que añadió que una veintena de heridos fueron evacuados a centros sanitarios.

Añadió que más de 40 asaltantes resultaron muertos.