El BCE se retractó la semana pasada de su promesa de no subir los tipos de interés en 2022 y los responsables políticos estudian ahora la mejor manera de desmantelar las políticas no convencionales que han mantenido a flote la zona euro durante gran parte de la última década.

Manteniendo la línea históricamente conservadora del Bundesbank, Nagel, que se hizo cargo del banco central alemán en enero, advirtió que actuar demasiado tarde en la normalización de la política podría ser especialmente costoso.

"Si el panorama (de la inflación) se mantiene sin cambios en marzo, estaré a favor de normalizar la política monetaria", dijo Nagel al periódico alemán Die Zeit. "El primer paso es interrumpir las compras netas de activos a lo largo de 2022. Entonces se podrían subir los tipos de interés antes de que acabe este año".

Nagel se unió al jefe del banco central holandés, Klaas Knot, en la discusión de una subida de tipos este año, lo que supondría el primer aumento del coste de los préstamos del BCE desde 2011.

La también alemana Isabel Schnabel, miembro del consejo del BCE, adoptó una postura más comedida, pero también argumentó que podría ser necesaria una subida de tipos para compensar el impacto de la inflación.

"Subir los tipos no haría bajar los precios de la energía", dijo Schnabel en una pregunta en Twitter. "Pero si la elevada inflación actual amenaza con provocar un desanclaje de las expectativas de inflación, es posible que tengamos que responder, ya que nuestro mandato es preservar la estabilidad de los precios".

La inflación alcanzó un récord del 5,1% el mes pasado y Schnabel advirtió que una lectura más alta es todavía posible en los próximos meses.

Los mercados están valorando 48 puntos básicos de subidas de tipos para diciembre, lo que situaría el tipo de depósito en torno a cero, pero los responsables políticos y los economistas cuestionan la valoración del mercado, y abogan por movimientos más graduales.

"El proceso de normalización dependerá de los datos y será gradual, evitando interrupciones innecesarias", dijo Schnabel.

Nagel, que ha dedicado gran parte de su carrera a la banca central, dijo que una actuación rápida del BCE podría evitar movimientos más radicales más adelante que podrían provocar la volatilidad del mercado.

"Los costes económicos son significativamente mayores si actuamos demasiado tarde que si actuamos a tiempo", dijo Nagel.

"Si actuamos más tarde tendríamos que subir los tipos de interés de forma más sustancial y a un ritmo más rápido. Los mercados financieros responderían entonces con mayor volatilidad".

Nagel también dijo que es probable que la inflación en Alemania, la mayor economía de los 19 países de la zona euro, supere "significativamente" el 4% este año, más del doble del objetivo del 2% del BCE y también muy por encima de la propia proyección del Bundesbank del 3,6%.

"Hay indicios de que la subida de los precios de la energía podría ser más persistente, de que está afectando a los precios de otros bienes y servicios, y de que el aumento de la demanda también está detrás", declaró al periódico.

El BCE advirtió la semana pasada que los riesgos de inflación se inclinaban ahora hacia el "lado positivo", sugiriendo que el crecimiento de los precios podría mantenerse por encima del objetivo incluso en 2023, el tercer año consecutivo.