El BCE dijo a principios de este mes que pondría fin a su plan de estímulo de compra de bonos este verano y que subiría los tipos de interés por primera vez en más de una década algún tiempo después, mientras se enfrenta a un repentino aumento de la inflación.

Schnabel, el más halcón de los seis miembros del consejo que dirigen el BCE, dijo que el banco central había "dejado la puerta entreabierta" en caso de que los acontecimientos dieran un giro para la zona euro, que es muy dependiente del gas ruso y otras materias primas.

"Si ahora caemos en una profunda recesión debido a la crisis de Ucrania, tendremos que replanteárnoslo", dijo a un programa web alemán.

"De lo contrario, pondremos fin a las compras de bonos en el tercer trimestre y, en cuanto lo hagamos, podremos subir los tipos en cualquier momento en función de cómo evolucione la inflación".

El gobernador del banco central de Estonia, Madis Mueller, otro de los halcones del Consejo de Gobierno del BCE, dijo en una entrevista con Politico que el BCE sólo prorrogaría su Programa de Compra de Activos si hubiera "un cambio drástico" en las perspectivas de inflación.

Su colega portugués Mario Centeno, una paloma, advirtió que la "normalización de la política monetaria del BCE se llevará a cabo de forma gradual y proporcional a finales de este año".

El BCE ha dicho que espera que la economía de la zona euro se expanda un 3,7% este año y que seguiría creciendo aunque se impusieran sanciones más estrictas a Rusia o se secara la oferta y se agarrotaran los mercados financieros.

El banco central de los 19 países que comparten el euro ve la inflación por encima o en su objetivo del 2% este año y el siguiente bajo cualquier escenario.