MADRID, 20 abr (Reuters) - El Congreso de los Diputados aprobó el jueves cambios en una polémica ley contra la violencia sexual, con lo que amplía una brecha dentro de la coalición gobernante, ya que los socialistas y su socio de izquierda, Unidas Podemos (UP), se dividieron en bandos opuestos durante la votación.

La ley, conocida como ley del "solo sí es sí" y buque insignia del Ministerio de Igualdad dirigido por UP, fue aprobada en agosto y se considera un hito para los derechos de la mujer, al centrarse en el concepto de consentimiento sexual.

Sin embargo, aunque se pretendían recalificar como delito más grave los casos de abusos sexuales en los que las víctimas no opusieron resistencia por miedo, cientos de violadores condenados han aprovechado una laguna en las directrices de la ley para reducir sus penas de prisión o conseguir la libertad anticipada, lo que ha provocado la indignación de la opinión pública.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha pedido disculpas a las víctimas de abusos sexuales por los "efectos indeseados" de la ley y se ha comprometido a corregirla.

Los delitos sexuales tienen ahora una pena mínima más baja como resultado de la fusión de los delitos de abuso sexual y agresión, antes distintos, pero los cambios aprobados reintroducen la distinción --en función de si hay indicios de violencia física-- a la hora de fijar las penas mínimas de cárcel.

Los socialistas habían pactado las enmiendas con el principal partido de la oposición, el Partido Popular, lo que provocó el enfado de los partidos de izquierda que suelen votar en línea con el Gobierno.

La diputada socialista Andrea Fernández reconoció que el acuerdo con el PP dejó una "sensación agridulce", pero defendió la necesidad de la "reforma técnica" que fue aprobada por 233 votos a favor, 59 en contra y cuatro abstenciones, y que ahora se dirige a la Cámara Alta para su ratificación.

UP argumenta que los cambios devuelven la responsabilidad a las víctimas, que tienen que demostrar que sufrieron lesiones vaginales, en lugar de centrarse únicamente en su consentimiento.

La ministra de Igualdad, Irene Montero, afirmó que suponen un "grave retroceso en los derechos de las mujeres" y añadió:  "hoy es un día triste, el día más difícil que yo he vivido como ministra".

(Reporte de David Latona; edición de Andrei Khalip y Nick Macfie; editado en español por Flora Gómez)