Una base de comparación menos favorable, así como la debilidad del consumo y los vientos en contra derivados del debilitamiento de la inversión inmobiliaria serán los principales lastres para el crecimiento este año, dijo el FMI en un informe publicado el viernes, tras la consulta del Artículo IV de 2021 con China.

"La recuperación de China está muy avanzada, pero carece de equilibrio y el impulso se ha ralentizado", dijo, citando el efecto de los brotes de COVID-19 en el gasto de los consumidores y la caída del mercado inmobiliario en medio de los esfuerzos de Pekín por desapalancar el sector.

El FMI prevé que la segunda economía del mundo crecerá un 4,8% en 2022 y un 5,2% en 2023, frente al 8,1% del año pasado.

Se esperan fuertes medidas de apoyo por parte del Banco Popular de China en los próximos meses para estabilizar una economía tambaleante. China experimentó una fuerte recuperación tras la caída inducida por la pandemia, pero el crecimiento se ralentizó bruscamente en la segunda mitad del año pasado.

El informe del FMI también señalaba un aluvión de acciones reguladoras "aparentemente descoordinadas" contra las empresas tecnológicas y otros sectores, lo que se considera en el mercado como un "menoscabo del papel de las empresas privadas", e instaba a una mayor transparencia y previsibilidad.

China lanzó el año pasado una ofensiva reguladora contra los gigantes tecnológicos, las empresas privadas de educación y otras firmas, apuntando a la competencia desleal y la gobernanza de los datos.

Estas reformas podrían ayudar al crecimiento, pero pueden dañar el sentimiento del mercado, lo que a su vez podría reducir la inversión, dijo el FMI.

El FMI también pidió medidas para garantizar una competencia leal entre las empresas privadas de China y sus empresas estatales (SOE), advirtiendo que tales reformas son necesarias para hacer frente a la desaceleración del crecimiento de la productividad.

Las autoridades chinas afirmaron que "las presiones externas de desacoplamiento están añadiendo vientos en contra críticos al crecimiento de la productividad que, en su opinión, requieren un mayor papel de las empresas estatales en los sectores estratégicos", según el informe.

Pekín ha advertido de los peligros del "desacoplamiento" de su economía con la de Estados Unidos en medio de las crecientes tensiones entre ambos países.