"Dados los riesgos legales, la fragilidad fiscal y la naturaleza en gran medida especulativa de los mercados de criptomonedas, las autoridades deberían reconsiderar sus planes de ampliar las exposiciones del gobierno al bitcoin", dijo el FMI en un comunicado.

La visita anual del personal del FMI se produjo tras el pago de 600 millones de dólares en bonos por parte de El Salvador el mes pasado, en medio de las preocupaciones de los inversores sobre sus fuentes de financiación y su política fiscal.

La llamada visita del "artículo IV" del FMI ha sido muy crítica en el pasado. La medida de El Salvador de convertir el bitcoin en moneda de curso legal en septiembre de 2021 cerró efectivamente las puertas a la financiación del FMI.

Aunque el prestamista señaló que los riesgos "no se han materializado debido al limitado uso del bitcoin hasta ahora", dijo que el uso de la criptodivisa "podría crecer dado su estatus de moneda de curso legal y las nuevas reformas legislativas para fomentar el uso de criptoactivos, incluidos los bonos tokenizados".

El Congreso de El Salvador aprobó el mes pasado una ley que regula la emisión de activos digitales tanto por parte del Estado como de entidades privadas.

El presidente Nayib Bukele anunció en Twitter una serie de compras de unos 2.380 bitcoin antes de mediados de noviembre, cuando dijo que el Tesoro compraría un bitcoin cada día.

Si se cumplieron esas compras, el Gobierno posee cerca de 2.470 monedas adquiridas por unos 106,4 millones de dólares. El valor actual de esa inversión es de 52,2 millones de dólares, lo que supone una pérdida en papel superior al 50%.

Las cifras son estimaciones de Reuters, ya que el gobierno no divulga oficialmente las compras, las tenencias o dónde se guardan las monedas.

"Sigue siendo esencial una mayor transparencia sobre las transacciones del gobierno en bitcoin y la situación financiera de la bitcoin-cartera estatal (Chivo)", dijo el FMI.

El FMI destacó la "plena recuperación" de la economía salvadoreña hasta los niveles anteriores a la pandemia, "impulsada por la eficaz respuesta gubernamental a la crisis sanitaria".

Se prevé que el PIB real crezca un 2,4 por ciento en 2023, dijo el FMI, por encima de la media histórica.

Sin embargo, el prestamista también expresó su preocupación por el aumento del déficit por cuenta corriente y los posibles efectos indirectos de una recesión en Estados Unidos.