Viva Air, que dijo no tener comentarios inmediatos, suspendió abruptamente sus operaciones a finales de febrero, dejando a los pasajeros varados en los aeropuertos de todo el país.

La aerolínea, que se encuentra en proceso de reestructuración en medio de profundas dificultades financieras causadas por el coronavirus, el aumento de los precios del combustible y la depreciación del peso colombiano, está a la espera de una decisión de la autoridad de aviación civil de Colombia sobre un proyecto de fusión con Avianca.

La aerolínea cometió fraude masivo agravado, incurrió en falsa oferta de productos y servicios y causó perturbación del transporte público, dijo el ministro de Transporte, Guillermo Reyes, en la presentación hecha ante la fiscalía.

Los pagos por billetes y de agencias de viajes por vuelos cancelados ascienden a más de 271.000 millones de pesos, según la presentación, equivalentes a más de 57,3 millones de dólares.

Hasta el momento, la aerolínea no ha enviado reembolsos a los miles de afectados y continuó realizando ventas hasta horas antes de suspender sus operaciones, dijo el ministerio en otro comunicado.

La superintendencia de transportes ya está investigando a la aerolínea por las cancelaciones.

Viva Air dijo en ese momento que trabajaría para asegurar que podría reiniciar sus operaciones en el futuro, suponiendo que el regulador apruebe la fusión con Avianca.

La potencial fusión ha sufrido repetidos retrasos, con la autoridad de aviación civil objetando el acuerdo el pasado noviembre, antes de anular y reabrir el proceso en enero tras citar irregularidades de procedimiento.