La mala gestión económica y las secuelas del COVID-19 han dejado a este país de 22 millones de habitantes con problemas de liquidez, incapaz de pagar las importaciones esenciales de alimentos, fertilizantes, medicinas y combustible debido a la grave escasez de dólares.

"Sri Lanka atraviesa una grave crisis económica que ha provocado la escasez de productos de primera necesidad, como medicamentos, gas de cocina, combustible y alimentos", declaró el gobierno británico.