La pérdida de envíos de Ucrania, el principal proveedor mundial de aceite de girasol, y la sequía en Argentina, el principal exportador mundial de aceite de soja, ya habían provocado una fuerte subida de los precios mundiales del aceite vegetal.

La escasez de suministros de aceite vegetal se produce en un momento en el que la relajación de las restricciones de COVID-19 ha provocado un aumento de la demanda de alimentos y biocombustibles. Aunque las trituradoras de semillas oleaginosas han anunciado planes para ampliar la capacidad de procesamiento, la mayoría de las nuevas instalaciones no estarán en funcionamiento hasta dentro de un año como mínimo, según fuentes del sector.

Los precios del aceite de soja en la Bolsa de Chicago subieron el viernes hasta un máximo de 83,21 centavos de dólar por libra, un 4,5% más en el día y un récord, antes de retroceder a 81,42, todavía un récord para el contrato de futuros más negociado. Los precios han subido ya casi un 50% en lo que va de año.

Indonesia, el principal productor y exportador mundial de aceite de palma, bloqueó las exportaciones a partir del 28 de abril para hacer frente al aumento de los precios internos. La medida parece que va a alimentar la ya creciente inflación alimentaria en otros lugares.

"Es una mala noticia para los consumidores de aceite vegetal de muchos países que actualmente dependen en gran medida del aceite de palma ante la escasez de aceite de girasol, de colza y de soja", declaró Siegfried Falk, analista de Oil World, con sede en Hamburgo.

La inflación de los alimentos se ha convertido en una gran preocupación en todo el mundo tras la invasión rusa de Ucrania, un importante exportador de trigo, maíz, cebada, aceite de girasol y aceite de colza.

La agencia alimentaria de las Naciones Unidas informó a principios de este mes de que los precios de los alimentos se habían disparado casi un 13% en marzo, alcanzando un nuevo récord.

Argentina, el principal proveedor mundial de soja procesada, por delante de Brasil y Estados Unidos, detuvo brevemente las nuevas ventas al exterior de aceite y harina de soja a mediados de marzo, antes de elevar la tasa de impuestos a la exportación en un intento de frenar la inflación alimentaria interna.

El Departamento de Agricultura de Estados Unidos ha previsto que las trituradoras de soja estadounidenses procesarán este año un récord de 60,282 millones de toneladas de soja, un 3,5% más que hace un año.

El director general de la Asociación Nacional de Procesadores de Semillas Oleaginosas, Tom Hammer, dijo que será difícil aumentar más esa capacidad hasta que entren en funcionamiento nuevas plantas. De aquí a 2025 funcionarán en Estados Unidos entre 10 y 12 nuevas procesadoras de soja, y se espera que la primera comience a funcionar en 2023.

"En última instancia va a haber mucha más capacidad (pero) tenemos un camino que recorrer", dijo Hammer.

El aceite de palma es el aceite vegetal más utilizado del mundo y se emplea en la fabricación de muchos productos, como galletas, margarina, detergentes para la ropa y chocolate.