El productor de cacao, oro y petróleo de África Occidental ha estado lidiando con su peor crisis económica en una generación, caracterizada por una inflación de dos dígitos y una deuda pública disparada.

La capital, Accra, se ha visto afectada por varios días de protestas antigubernamentales motivadas por la ira ante las dificultades económicas.

El gobierno ha conseguido un paquete de ayuda de 3.000 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional condicionado a la reestructuración de la deuda.

"La combinación de políticas en el marco del servicio de crédito ampliado a tres años del FMI está empezando a dar resultados. La actividad económica está repuntando con fuerza. El tipo de cambio se está estabilizando. La inflación está disminuyendo y el nivel de reservas de divisas ha mejorado", declaró el gobernador del Banco de Ghana, Ernest Addison.

"La mejora sostenida de estos indicadores debería traducirse en el restablecimiento de los ingresos reales y del poder adquisitivo", declaró en una conferencia de prensa, añadiendo que el banco central esperaba que continuara la desinflación pero estaba preparado para intervenir en caso de que no fuera así.

En agosto, la inflación de Ghana se ralentizó hasta el 40,1% interanual desde el 43,1% del mes anterior, pero se mantuvo muy por encima de la banda objetivo del banco central del 6%-10%.

La mayoría de los analistas encuestados por Reuters afirmaron que el Banco de Ghana mantendría estables los tipos de interés el lunes, tras 1.650 puntos básicos de subidas en los dos últimos años.

En su anterior decisión de julio, el banco elevó el principal tipo de interés en 50 puntos básicos para evitar que se desviara la tendencia a la desinflación.