La segunda economía de la zona euro crecerá un 2,3% este año, antes de ralentizarse hasta el 1,2% en 2023 y de repuntar hasta el 1,7% en 2024, a medida que el impacto de la crisis vaya remitiendo, dijo el Banco de Francia en sus perspectivas trimestrales.

La crisis ucraniana y el aumento de los precios de la energía han hecho que el panorama sea más oscuro e incierto desde las últimas previsiones del banco central en marzo, cuando veía un crecimiento del 3,4% este año, del 2,0% en 2023 y del 1,4% en 2024.

El banco central estimó que las repercusiones de la guerra en Ucrania costarían a la economía francesa el equivalente a 2 puntos porcentuales del producto interior bruto durante 2022-2024.

Si los países europeos imponen un embargo al gas ruso, la economía de Francia sólo crecería un 1,5% este año, seguido de una contracción del 1,3% en 2023, antes de volver a crecer en 2024 con una tasa del 1,3%.

Juzgando ese escenario como "menos probable", el gobernador del Banco de Francia, Francois Villeroy de Galhau, declaró al periódico Le Figaro que, hasta ahora, la actividad económica estaba demostrando su resistencia, ya que el consumo de los hogares y la inversión de las empresas se estaban manteniendo.

Aunque Francia tiene una tasa de inflación más baja que en el resto de la zona euro, dijo que no obstante era demasiado alta y que probablemente sólo empezaría a bajar a principios del año que viene.

"El aumento de la inflación no es sólo en la energía, sino que se está extendiendo a otros sectores. La política monetaria debe tomar medidas", dijo Villeroy.

El banco central pronosticó que la inflación francesa se situaría en una media del 5,6% este año, antes de caer al 3,4% en 2023 y de relajarse hasta situarse justo por debajo del objetivo del 2% del Banco Central Europeo en 2024.

En marzo, había previsto una inflación del 3,7% este año, del 1,9% en 2023 y del 1,7% en 2024.