Creada en 2009, la Agencia Nacional de Gestión de Activos (NAMA) utilizó 32.000 millones de euros de deuda para deshacerse de 74.000 millones de euros de préstamos inmobiliarios de riesgo tras el colapso bancario. El gobierno, a su vez, tuvo que verter entonces decenas de miles de millones de euros más en sus maltrechos bancos, algunos de los cuales se hundieron.

La NAMA ha vendido casi todos esos préstamos y activos durante la última década, a medida que la demanda de inmuebles irlandeses se recuperaba. Tenía una cartera residual de 715 millones de euros a finales de 2021.

La agencia, a la que también se le encomendó en 2015 que ayudara a resolver la actual escasez de oferta de viviendas, dijo que había financiado o facilitado la entrega de 24.400 viviendas hasta finales de mayo, por encima del objetivo de 20.000 unidades fijado por el Gobierno.

La NAMA dijo que pretende entregar otras 1.800 unidades para finales de 2025 y maximizar el número de emplazamientos que están listos para su desarrollo, estimando que su cartera restante tenía capacidad para 16.600 viviendas más.