Fue la tercera vez en su gira sudamericana que Scholz no logró reunir un fuerte apoyo al esfuerzo bélico ucraniano.

"Creo que Rusia cometió el clásico error de invadir el territorio de otro país, así que Rusia se equivoca", dijo Lula a los periodistas.

"Pero sigo pensando que cuando uno no quiere, dos no luchan. Hay que querer la paz", dijo, añadiendo que había oído muy poco de ambas partes sobre la búsqueda de un final pacífico a la guerra.

Lula dijo que Brasil no suministraría munición a Ucrania para los cañones antiaéreos Gepard de fabricación alemana, como al parecer había solicitado Alemania.

Sin embargo, una declaración conjunta de los dos gobiernos emitida más tarde decía que "deploraban enfáticamente la violación por parte de Rusia de la integridad territorial de Ucrania y la anexión de partes de su territorio como violaciones flagrantes del derecho internacional".

Los líderes de Argentina y Chile desbarataron las esperanzas alemanas de que pudieran prestar más apoyo a Ucrania durante las visitas de Scholz a esos países, lo que subraya las continuas diferencias entre Occidente y sus aliados en los países de renta más baja.

En su gira, Scholz ha tratado de subrayar la unidad, señalando que los tres países que visita -Argentina, Chile y Brasil- condenaron la invasión rusa en la Asamblea General de las Naciones Unidas el año pasado.

A diferencia de Lula, los presidentes de Argentina y Chile condenaron al menos claramente la invasión rusa.

Lula afirmó que Brasil colaborará con otros países para ayudar a lograr la paz en Ucrania, ya que su país no ha tomado partido.

China tiene un papel importante que desempeñar en las conversaciones de paz, dijo, que discutirá en una visita prevista a Pekín en marzo.