El gobierno culpó la semana pasada a las sectas eclesiásticas apostólicas del aumento de los contagios, afirmando que el sarampión era mayoritario entre quienes no habían recibido las vacunas.

El número total de casos sospechosos en todo el país ha pasado de 1.036 a 2.056 en cuatro días, dijo la ministra de Información, Monica Mutsvangwa, en una reunión informativa posterior al Consejo de Ministros.

La mayoría de los casos notificados corresponden a niños de entre seis meses y 15 años pertenecientes a sectas religiosas que no creen en la vacunación.

"Se ha observado que la mayor parte de los casos no han recibido la vacunación para protegerse del sarampión. El gobierno ha invocado la Ley de la Unidad de Protección Civil para hacer frente a esta emergencia", dijo Mutsvangwa.

Mientras el Ministerio de Sanidad intensifica su programa de vacunación antes de que abran las escuelas en septiembre, el gobierno ha solicitado el apoyo de los líderes tradicionales y religiosos, añadió.

El brote de sarampión va a suponer una presión adicional para el sector sanitario de Zimbabue, que lleva tiempo sufriendo la falta de medicamentos y las huelgas de los trabajadores sanitarios.