Las exportaciones japonesas aumentaron en junio por séptimo mes consecutivo, pero el ritmo de crecimiento se ralentizó bruscamente respecto al mes anterior, según mostraron los datos el jueves, subrayando la preocupación de que una desaceleración en China pueda lastrar la economía japonesa, tan dependiente del comercio.

La ralentización de las exportaciones podría echar por tierra las esperanzas de los responsables políticos de que la sólida demanda externa compense con creces el débil consumo interno. Se espera que la economía japonesa salga de una contracción más acusada de lo previsto en el primer trimestre.

Los datos del Ministerio de Finanzas (MOF) mostraron que las exportaciones japonesas aumentaron un 5,4% interanual en junio, por debajo del incremento del 6,4% esperado por los economistas en una encuesta de Reuters y enfriándose respecto al crecimiento del 13,5% de mayo.

Las importaciones crecieron un 3,2% en junio respecto al año anterior, frente al aumento del 9,3% esperado por los economistas, lo que hizo que la balanza comercial arrojara un superávit de 224.000 millones de yenes (1.440 millones de dólares). Las estimaciones apuntaban a un déficit de 240.000 millones de yenes.

Las importaciones habían aumentado un 9,5% en mayo.

El volumen de las exportaciones cayó un 6,2% en junio, según los datos.

Por destinos, las exportaciones a China en valor aumentaron un 7,2% interanual en junio, impulsadas por la demanda de equipos para la fabricación de chips, mostraron los datos comerciales, pero el crecimiento se ralentizó respecto al aumento del 17,8% de mayo.

Los envíos a EE.UU., aliado de Japón y mercado clave, crecieron un 11% interanual en junio, mientras que los destinados a la Unión Europea cayeron un 13,4%. (1 $ = 155,5700 yenes) (Reportaje de Tetsushi Kajimoto y Makiko Yamazaki; Edición de Chang-Ran Kim y Jamie Freed)