El fondo agrupa los ingresos del Estado noruego procedentes de la producción de petróleo y gas y los invierte en el extranjero en acciones, bonos, propiedades y proyectos de energías renovables.

Gestionado por una unidad del banco central, está invertido en más de 9.200 empresas de todo el mundo y posee una media del 1,5% de todos los valores cotizados del mundo.

"Se pide al banco que evalúe los diferentes aspectos de las acciones que no cotizan en bolsa para que sirvan de base a la evaluación que el ministerio haga de esta cuestión", declaró el ministerio de Finanzas en su recomendación anual al parlamento.

La decisión al respecto corresponde en última instancia al gobierno y al parlamento del país. Podría presentarse al parlamento el próximo año, según declaró a Reuters el ministro de Finanzas, Trygve Slagsvold Vedum.

Los sucesivos gobiernos noruegos se habían abstenido de tal medida hasta ahora, debido al riesgo de que el fondo pudiera quedarse con una inversión de la que no pudiera desprenderse.

Preguntado sobre si esto podría aumentar la exposición del fondo al riesgo, Vedum dijo que sería una de las cuestiones a examinar.

"La ventaja de las acciones que cotizan en bolsa es que son más líquidas. Pero cuando abrimos para esto ahora, es sólo porque queremos tener una evaluación completa de ello", dijo Vedum a Reuters.

El fondo se muestra favorable a invertir en acciones no cotizadas, y en una carta enviada al ministerio el 6 de enero afirmaba que estaba "viendo cada vez más indicios de que una mayor parte de la creación de valor tiene lugar en el mercado no cotizado".

En esa carta decía que un grupo de expertos nombrado por el ministerio de Finanzas en 2017 estimó que el mercado no cotizado era el 5% del tamaño del mercado cotizado.

"Las estimaciones actualizadas del Banco sugieren que esta cifra se sitúa ahora en torno al 8%", decía entonces.