En una declaración compartida con Reuters, el ABL calificó el plan de "desastroso" y dijo que dejaría a los bancos y a los depositantes asumiendo la "mayor parte" de las pérdidas.

El gobierno estima que las pérdidas del sector financiero ascienden a 72.000 millones de dólares.

"La ABL ha encargado a sus asesores jurídicos que examinen y presenten una serie de medidas judiciales que permitan preservar y recuperar los derechos de los bancos y de los depositantes", declaró la asociación.

Los bancos del Líbano han sido uno de los principales prestamistas del gobierno durante décadas, ayudando a financiar un Estado derrochador y corrupto que entró en crisis financiera en 2019.

El colapso ha provocado que los depositantes se queden sin sus ahorros y que la moneda local pierda más del 90% de su valor. La asociación bancaria rechazó en febrero un borrador anterior del plan, alegando que provocaría una pérdida de confianza en el sector financiero.

La aprobación de la ABL no es necesaria para que el gobierno comience a aplicar el plan, pero los expertos afirman que el apoyo del sector bancario podría contribuir a resolver la crisis.

El actual borrador establece una serie de reformas financieras, entre ellas una revisión del sector bancario y topes a la cantidad que los depositantes podrían recuperar de sus cuentas.

A principios de este mes, Líbano firmó un acuerdo a nivel de personal con el Fondo Monetario Internacional para un servicio de fondos ampliado de 46 meses, en virtud del cual Líbano ha solicitado acceso al equivalente de unos 3.000 millones de dólares.

Pero el acceso a esos fondos está supeditado a la promulgación de una serie de reformas económicas y a la reestructuración del sector financiero.