A 31 de marzo, el interés en corto ascendió a unos 16.178 millones de acciones, frente a los 15.868 millones de acciones del 15 de marzo.

Los inversores que venden valores en corto toman prestadas acciones y luego las venden, esperando que la acción caiga para poder volver a comprar las acciones al precio más bajo, devolverlas al prestamista y embolsarse la diferencia.