El jefe de derechos humanos de la ONU dijo el viernes estar "horrorizado" por la escalada de violencia cerca de al-Fashir, en Sudán, y mantuvo conversaciones esta semana con comandantes de ambos bandos del conflicto, advirtiendo de una catástrofe humanitaria si la ciudad es atacada.

Cientos de miles de personas se refugian en al-Fashir sin suministros básicos ante el temor de que los combates cercanos se conviertan en una batalla total por la ciudad, el último bastión del ejército sudanés en la región occidental de Darfur.

Su captura supondría un gran impulso para las Fuerzas de Apoyo Rápido (FPR) rivales, mientras las potencias regionales e internacionales tratan de presionar a los bandos para que negocien el fin de una guerra de 13 meses.

Ravina Shamdasani, portavoz del Alto Comisionado Volker Turk, declaró que Turk había mantenido dos llamadas telefónicas paralelas esta semana con el jefe del ejército sudanés, el general Abdel Fattah al-Burhan, y el líder de las RSF, Mohamed Hamdan Dagalo, instándoles a desescalar.

"La Alta Comisionada advirtió a ambos comandantes de que los combates en (al-Fashir), donde más de 1,8 millones de residentes y desplazados internos se encuentran actualmente cercados y en riesgo inminente de hambruna, tendrían un impacto catastrófico sobre la población civil y agudizarían el conflicto intercomunitario con desastrosas consecuencias humanitarias", declaró en una rueda de prensa de la ONU en Ginebra, añadiendo que Turk estaba "horrorizada" por la reciente violencia allí.

La oficina de derechos humanos de la ONU dijo que al menos 58 personas habían sido asesinadas en los alrededores de al-Fashir desde la semana pasada.