El Gobierno de Unidad Nacional de Dbeibah anunció la visita en su página de Facebook, publicando una foto de Burns y Dbeibah juntos. Dos fuentes cercanas al comandante del este de Libia, Jalifa Haftar, que tiene su base en Bengasi, dijeron que Burns también se había reunido con él.

La CIA, que no suele anunciar este tipo de visitas, declinó hacer comentarios.

Libia ha tenido poca paz desde un levantamiento respaldado por la OTAN en 2011, y el país se dividió en 2014 entre facciones beligerantes orientales y occidentales, culminando con Haftar lanzando un asalto condenado al fracaso sobre Trípoli en 2019.

El gobierno de Dbeibah se instaló mediante un proceso respaldado por la ONU en 2021 como parte de un plan de paz, pero su administración ya no es reconocida por las principales facciones políticas del este y muchos libios temen un nuevo estallido bélico.

Estados Unidos ya ha manifestado su preocupación por el papel desempeñado por Rusia en el conflicto libio y teme que la inestabilidad continuada en el país miembro de la OPEP pueda afectar al suministro energético mundial y dar espacio a los grupos militantes islamistas.

Moscú respaldó a las fuerzas de Haftar durante la guerra en 2019-2020, y el contratista militar privado ruso Wagner desplegó hasta 1.200 soldados en Libia, según un informe de 2020 elaborado por expertos de la ONU.

Washington también está buscando más sospechosos libios en el atentado de 1988 contra un avión de pasajeros de Pan-Am sobre Lockerbie, en Escocia, tras el traslado el mes pasado desde Libia a Estados Unidos de un antiguo oficial de inteligencia libio acusado de fabricar la bomba que derribó el avión.

La detención de Abu Agila Mohammad Mas'ud Kheir Al-Marimi y su traslado a Estados Unidos provocó la ira dentro de Libia, que no tiene tratado de extradición con Washington, y dio lugar a recriminaciones por parte de los enemigos políticos de Dbeibah.