Los precios mundiales del trigo se han disparado cerca de un 10% en los últimos 10 días después de que Rusia abandonara el pacto -mediado por Naciones Unidas y Turquía en julio de 2022- y comenzara a atacar los puertos ucranianos y la infraestructura de grano en el Mar Negro y el río Danubio.

"Está claro que al sacar del mercado millones y millones de toneladas de cereales está claro que... conducirá a precios más altos", dijo Guterres a los periodistas. "Así que no es con un puñado de donaciones a algunos países como corregimos este impacto dramático que afecta a todos, en todas partes".

El presidente ruso, Vladimir Putin, dijo el jueves a los líderes africanos que les regalaría decenas de miles de toneladas de grano en unos meses, a pesar de las sanciones occidentales que, según él, dificultan a Moscú la exportación de sus cereales y fertilizantes.

Las exportaciones rusas de grano y fertilizantes no están sujetas a las sanciones occidentales, pero Moscú dijo que las restricciones en los pagos, la logística y los seguros han sido un obstáculo para los envíos. Tiene una lista de exigencias que quiere que se cumplan para mejorar sus propias exportaciones.

En el marco del acuerdo sobre cereales del Mar Negro, cuyo objetivo era combatir una crisis alimentaria mundial agravada por la invasión de Ucrania por Rusia en febrero de 2022, se exportaron casi 33 millones de toneladas de cereales ucranianos. Tanto Ucrania como Rusia son los principales exportadores de grano.

Aunque los precios mundiales del trigo son aproximadamente la mitad de los máximos históricos alcanzados a principios de marzo de 2022 tras la invasión rusa, Guterres afirmó que cualquier aumento que se produzca ahora "será pagado por todos, en todas partes, y concretamente por los países en desarrollo y por las personas vulnerables de los países de renta media e incluso de los países desarrollados".