El gobierno británico ha prometido un "Big Bang 2.0" desregulador para impulsar la competitividad del sector financiero después de que la City de Londres quedara aislada de la Unión Europea por el Brexit.

"Parte de la competitividad es tener un sistema legal eficaz, y parte de ella es tener un sistema regulador eficaz... No debemos amenazar eso", dijo Bailey ante el Comité del Tesoro del Parlamento británico.

Bailey dijo que la propuesta podría complicar los intentos británicos de restaurar su reputación internacional tras la reciente agitación en los mercados financieros causada por el efímero programa económico de la ex primera ministra Liz Truss.

"Hemos dañado nuestra reputación a nivel internacional por lo ocurrido. Llevará más tiempo reconstruir esa reputación que corregir la curva del gilt... así que tenemos que andarnos con cuidado", dijo Bailey.

El ministerio de finanzas y el BoE están buscando un acuerdo, que podría acompañar a la declaración fiscal del ministro de finanzas Jeremy Hunt del jueves, para liberar miles de millones de libras de los colchones de capital de las aseguradoras para invertir en crecimiento económico.

El Banco de Inglaterra ha advertido contra la posibilidad de suavizar demasiado las normas, ya que las aseguradoras apelan al ministerio para que anule al banco central.

Dos de los adjuntos de Bailey, Jon Cunliffe y Sam Woods, también han criticado las medidas que atentan contra la independencia reguladora.

El gobierno ha dicho que retrasará la propuesta de los nuevos poderes tras la oposición del BoE, lo que ha dado lugar a especulaciones de que se suavizará o archivará.

El ministro de la Ciudad, Andrew Griffith, ha dicho que el veto se utilizaría con moderación, y que los reguladores seguirían gozando de independencia operativa en el día a día.

El veto se sumaría a un nuevo mandato en un proyecto de ley ante el parlamento para que los reguladores tengan en cuenta la competitividad global de la City a la hora de redactar nuevas normas.