El Ejército Nacional Libio (ENL) de Haftar dijo que apoyaba las recomendaciones del comité 6+6, un grupo formado por representantes de dos cámaras legislativas que han propuesto nuevas leyes electorales. Instó a las dos cámaras a acordar un nuevo gobierno.

Las recomendaciones del comité han sido adoptadas por partes de la dividida clase política libia y rechazadas por otras.

No está claro si finalmente podrán constituir la base de unas elecciones y el primer ministro Abdulhamid al-Dbeibah, de Trípoli, se opondrá con toda seguridad a la creación de cualquier nuevo gobierno antes de unas elecciones.

Libia ha tenido poca paz desde un levantamiento respaldado por la OTAN en 2011 y se dividió en 2014 entre facciones beligerantes orientales y occidentales, aunque el conflicto abierto se ha detenido en su mayor parte desde un alto el fuego en 2020.

El Gobierno de Unidad Nacional de Dbeibah en Trípoli se instaló mediante un proceso respaldado por la ONU en 2021 con el objetivo de celebrar elecciones a finales de ese año, que se cancelaron debido a disputas sobre las reglas.

El parlamento con sede en el este, aliado de Haftar, rechazó el mandato de Dbeibah, pero el nuevo primer ministro que designó fue incapaz de sustituir al gobierno de Trípoli, lo que condujo a un largo estancamiento político.

La diplomacia se ha centrado en lograr que el parlamento y otro órgano legislativo, el Consejo Superior del Estado, acuerden unas reglas claras para unas elecciones destinadas a resolver el estancamiento político de Libia.

Sin embargo, las iniciativas del parlamento para enmendar la constitución y del comité 6+6 para establecer las leyes electorales siguen siendo impugnadas.

Los críticos con la élite política libia creen que ésta tiene poca intención de celebrar unas elecciones que podrían apartarla del poder y está más centrada en el control del gobierno en Trípoli y su acceso a los recursos estatales.

Los opositores a Dbeibah han intentado desde principios del año pasado explotar las divisiones entre las facciones armadas del oeste de Libia para obligarle a abandonar su cargo, pero sus aliados militares han conseguido en cambio consolidar su control en la capital.