El jefe del mayor grupo de presión empresarial de Japón, Keidanren, instó el martes a sus miembros, entre los que se encuentran muchas de las principales empresas de primer orden, a elevar los salarios de los trabajadores para compensar el dolor del aumento del coste de la vida y poner fin de forma decisiva a la deflación.

Lo que está en juego en las negociaciones salariales de primavera de este año son las perspectivas de la flexibilización monetaria del Banco de Japón (BOJ), concretamente los tipos de interés negativos, que pueden retirarse gradualmente una vez que las subidas salariales y la inflación sean sostenibles, según los analistas.

Que las subidas salariales y la inflación se afiancen dependerá del ritmo y el alcance de las subidas salariales a través de las conversaciones salariales anuales entre las principales empresas y los sindicatos, que concluirán a mediados de marzo, señalaron.

Los observadores del mercado se han estado preguntando si el Banco de Japón podría abandonar su política de tipos negativos ya este mes, una vez que las conversaciones salariales muestren signos de aceleración en el crecimiento de los salarios, que son un requisito previo para alcanzar el objetivo de precios del 2% del banco central.

Keidanren elabora un informe anual sobre su política de gestión y laboral que sirve de base para su postura de anular las conversaciones salariales con Rengo, el mayor grupo de sindicalistas de Japón.

El último informe publicado el martes cita al presidente Masakazu Tokura diciendo que el lobby empresarial y las empresas tienen "la responsabilidad social de aspirar a subidas salariales que superen las subidas de precios" en las conversaciones salariales de este año.

"Existe una sensación de urgencia muy fuerte de que el futuro de Japón depende de si podemos dar un paso adelante para lograr subidas salariales estructurales este año y en adelante", afirmó, añadiendo que las condiciones actuales ofrecen una "última oportunidad" para acabar completamente con la deflación.

Las pequeñas empresas que emplean a siete de cada 10 trabajadores y, por tanto, tienen un mayor impacto en el crecimiento salarial general, suelen iniciar sus conversaciones laborales con la patronal después de que las grandes empresas concluyan sus propias negociaciones en marzo.

Las condiciones para unas subidas salariales que superen la inflación parecen estar dadas en las grandes empresas, algunas de las cuales han manifestado su intención de aplicar grandes subidas salariales, aunque los planes en las pequeñas empresas no se conocerán hasta mediados de año.

Las pequeñas empresas suelen operar con márgenes estrechos, pero muchas de ellas también se enfrentan a una escasez de mano de obra, consecuencia del envejecimiento de la población japonesa, por lo que no tienen más remedio que subir los salarios para atraer talentos, según los analistas.

El primer ministro, Fumio Kishida, el gobernador del Banco de Japón, Kazuo Ueda, el jefe de Keidanren, Tokura, y la jefa de Rengo, Tomoko Yoshino, buscan subidas salariales que superen el 3,6% del año anterior, que fue el más alto en tres décadas.

El endurecimiento del mercado laboral en medio de la escasez de mano de obra, los beneficios récord y el amplio acaparamiento de efectivo hacen imprescindible que los trabajadores participen aún más en los beneficios de las empresas.

La tasa de desempleo se situó en el 2,5% en noviembre, acercándose a niveles vistos por última vez a principios de los noventa, cuando estalló la burbuja inmobiliaria. La disponibilidad de empleo se situó en 1,28 en noviembre, lo que significa que había casi 1,3 puestos de trabajo por cada demandante, según mostraron los datos del Ministerio de Trabajo.

Mientras las empresas atesoraban 343 billones de yenes (2,4 billones de dólares) en efectivo y ahorros a finales de septiembre, la relación entre salarios y beneficios seguía siendo relativamente baja, con margen para aumentar los costes laborales, según los analistas.

Al informe del martes de Keidanren le seguirá la próxima semana un foro de trabajadores y directivos, que dará el pistoletazo de salida a las conversaciones laborales en serio, con discursos de Tokura y Yoshino, que subrayarán su determinación de buscar salarios más altos. (1 $ = 145,7800 yenes) (Reportaje de Tetsushi Kajimoto; Edición de Jacqueline Wong y Christopher Cushing)