"Los altos precios de los alimentos están resultando obstinados, por lo que necesitamos entender qué los está impulsando", dijo Hunt en el comunicado publicado por el Tesoro el lunes.

Su reunión se produce semanas después de que el primer ministro, Rishi Sunak, organizara una cumbre alimentaria a la que asistieron agricultores, proveedores, minoristas y organismos industriales para impulsar el crecimiento, la innovación y la sostenibilidad del sector.

El Tesoro dijo que Hunt también planea reunirse con el organismo de control del país, la Autoridad de la Competencia y los Mercados (CMA), que la semana pasada prometió intensificar su trabajo de investigación de los precios de los comestibles después de que los precios de los alimentos se dispararan en marzo a un máximo de 46 años.

Los datos oficiales mostraron que los precios de los alimentos en Gran Bretaña fueron un 19,1% más altos en marzo que un año antes, la mayor subida de este tipo desde agosto de 1977, mientras que en abril, la inflación de los comestibles fue del 17,3%, según datos del sector.

"La inflación alimentaria afecta de forma desproporcionada a los hogares con bajos ingresos, que gastan una mayor parte de sus ingresos en comida y tienen menos posibilidades de cambiar lo que comprarían habitualmente por alternativas más baratas", señala el comunicado.

El Gobierno estudiará la posibilidad de actualizar las normas de fijación de precios una vez concluida la revisión de la CMA, añadió el Tesoro.

Por otra parte, un comité de legisladores británicos está investigando la equidad de la cadena de suministro de alimentos del país, tratando de entender por qué los hogares se enfrentan a tales precios.

"Creemos que la inflación de los precios de los alimentos y las bebidas está cerca de su punto máximo, y los fabricantes de alimentos y bebidas seguirán trabajando duro para mantener los precios lo más bajos posible", declaró Karen Betts, directora general de la Federación Británica de Alimentos y Bebidas, en el comunicado del Tesoro.