Los futuros del crudo Brent cotizaban a 76,74 dólares el barril, con una subida de 59 centavos, o un 0,8%, a las 0115 GMT, tras caer un 1,3% el jueves.

El crudo estadounidense West Texas Intermediate subía 68 centavos, o un 1%, a 72,14 dólares el barril, tras caer un 0,8% en la sesión anterior.

La noticia de un accidente que cerraba el oleoducto Keystone de la canadiense TC Energy en Estados Unidos provocó un breve repunte el jueves, pero los precios acabaron cediendo al considerar el mercado que el cierre sería breve. Más de 14.000 barriles de crudo se derramaron en un arroyo de Kansas, convirtiéndose en uno de los mayores vertidos de crudo en Estados Unidos en casi una década.

La noticia parece "ser sólo negativa a corto plazo para los suministros, pero no cambia nada con el deterioro de las perspectivas de la demanda de crudo", dijo en una nota Edward Moya, analista de OANDA.

Los precios del WTI se acercan al nivel de los 70 dólares, que es donde se espera que la administración Biden empiece a plantearse rellenar la reserva estratégica de petróleo, añadió.

Las interrupciones anteriores provocadas por derrames suelen rectificarse en unas dos semanas, dijo el analista de RBC Capital Robert Kwan, aunque la última interrupción puede resultar más larga dado que se trata de un derrame en un arroyo.

Los precios del petróleo registrarán su mayor caída semanal en meses, ya que los operadores prevén que pasarán meses antes de que los beneficios de la relajación de los controles COVID por parte de China se transmitan a la demanda.

Según los economistas, es probable que el aumento de las infecciones deprima el crecimiento económico de China en los próximos meses, lo que provocará un repunte sólo a finales de 2023.