Los futuros del crudo Brent ganaban 13 centavos, o un 0,2%, hasta los 85,25 dólares el barril a las 2356 GMT, mientras que el crudo estadounidense West Texas Intermediate se situaba en los 80,84 dólares el barril, con una subida de 14 centavos, o un 0,2%.

Ambos contratos subieron por tercera semana consecutiva la semana pasada, volviendo a niveles vistos por última vez en noviembre, después de que la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados sorprendieran a los inversores anunciando más recortes de producción que comenzarán en mayo.

El grupo conocido como OPEP+ recortará sobre todo los suministros de crudo agrio de los productores de Oriente Medio.

Tras el anuncio, el principal exportador, Arabia Saudí, elevó los precios de su crudo de mayo a plazo para los clientes de Asia y Estados Unidos.

Por otra parte, los inversores están pendientes del progreso de las conversaciones entre Irak y el Kurdistán para reanudar las exportaciones de petróleo del norte, lo que podría aportar más crudo agrio al mercado mundial.

Apoyando aún más a los precios, el número de plataformas petrolíferas estadounidenses cayó en dos hasta 590 la semana pasada, mientras que las de gas cayeron en dos hasta 158, según un informe de Baker Hughes Co del jueves, señal de que la producción estadounidense no aumentará a corto plazo.

En los mercados financieros mundiales, el informe sobre la inflación estadounidense que se publicará esta semana y que se sigue muy de cerca, podría ayudar a los inversores a calibrar la trayectoria a corto plazo de los tipos de interés.

A pesar de las expectativas de que la Reserva Federal podría ralentizar las subidas de tipos debido a la reciente crisis bancaria, los costes de los préstamos aún podrían subir si la inflación se mantiene fuerte, según los analistas.

Las fuertes subidas de tipos han impulsado al billete verde, encareciendo las materias primas denominadas en dólares, como el petróleo, para los inversores que poseen otras divisas.