Taboubi, que ha sido líder de la UGTT durante cinco años, ha adoptado una postura cautelosa durante los turbulentos meses transcurridos desde que el presidente Kais Saied se hizo con los poderes ejecutivos en una medida que sus enemigos califican de golpe de estado.

La bendición del sindicato se considera vital para cualquier esfuerzo de las autoridades tunecinas por aplicar las reformas económicas exigidas por los donantes extranjeros a cambio de un paquete de rescate financiero para evitar una crisis inminente que amenaza con llevar a Túnez a la bancarrota.

Su postura también será crucial para los planes de Saied de rehacer la política tunecina después de que suspendiera el parlamento elegido, dejara de lado la constitución democrática para decir que podía gobernar por decreto y pusiera el poder judicial bajo su propio control.

Con más de un millón de miembros y la capacidad de paralizar la economía tunecina con huelgas, la UGTT se considera el actor político más poderoso del país y una rara organización que podría resistir la autoridad presidencial.

Hasta ahora, Saied ha ignorado en gran medida las reiteradas peticiones de la UGTT de participar en un diálogo político y económico de amplia base sobre la crisis y sus planes de reescribir la constitución y, tras reunirse con Taboubi en julio, no volvió a verle hasta enero.

La reelección de Taboubi tuvo lugar en el congreso del sindicato, una reunión que se celebra cada cinco años, y la declaración final hizo hincapié en su demanda de un proceso inclusivo para los grandes cambios que Saied está impulsando en los sistemas político y judicial.

El presidente ha suspendido de hecho la constitución para decir que puede gobernar por decreto y se ha hecho con el control de los nombramientos judiciales, medidas que, según sus críticos, socavan el estado de derecho.

La petición de la UGTT recuerda el papel que desempeñó tras la revolución de 2011 que trajo la democracia y desencadenó la primavera árabe, cuando ganó el Premio Nobel de la Paz en 2015 tras unirse a otros grupos de la sociedad civil para evitar la peligrosa polarización de las calles.