Japón comenzó a verter el jueves en el océano Pacífico agua procedente de la planta siniestrada, lo que desató protestas en Japón y en los países vecinos. Los consumidores chinos se han mostrado especialmente molestos y Pekín ha anunciado una prohibición general de todos los productos acuáticos procedentes de Japón.

En Corea del Sur, el gobierno ha dicho que no ha encontrado problemas científicos o técnicos en el vertido, pero la preocupación pública sigue siendo alta por la contaminación de los mariscos y los océanos.

Durante su reunión semanal con el primer ministro Han Duck-soo, Yoon almorzó marisco. La cafetería de la oficina presidencial también tenía pescado crudo en el menú del almuerzo para su personal, dijo.

"La oficina presidencial decidió ofrecer productos del mar coreanos en el menú del almuerzo en nuestra cafetería todos los días durante una semana a partir del lunes, esperando que nuestra gente consuma nuestros productos del mar seguros sin preocupaciones", dijo en un comunicado.

Las pruebas realizadas en el agua de mar cercana a la central de Fukushima no han detectado radiactividad alguna, según informó el domingo el Ministerio de Medio Ambiente japonés, días después de que comenzara el vertido.

Las industrias pesqueras, sin embargo, siguen temiendo un fuerte descenso del consumo de marisco. En una encuesta pública realizada en julio por la encuestadora Media Research, el 62% de los surcoreanos afirmó que reduciría o dejaría de consumir marisco una vez que el vertido siguiera adelante, a pesar de las garantías del gobierno de que vigilaría de cerca el vertido.

Kim Hi-soo, de 55 años, vendedor en Noryangjin, el mayor mercado de pescado de Seúl, declaró el lunes: "Uno de nuestros clientes habituales vino hace días y dijo que venía a consumir todo lo que pudiera antes de que (el agua vertida) se extendiera... Es desgarrador ... cuando pienso en el bajón que tendríamos que afrontar en meses".

El primer ministro Han dijo el jueves que las prohibiciones a las importaciones de productos pesqueros y alimentarios de Fukushima se mantendrían hasta que se aliviara la preocupación de la población.