WASHINGTON, 28 mar (Reuters) - Se espera que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, solicite el lunes al Congreso un gasto militar récord en tiempos de paz, al tiempo que aumenta los impuestos a los multimillonarios y proyecta un menor déficit del Estado.

La propuesta presupuestaria de Biden para el año fiscal que comienza el 1 de octubre expone las prioridades de su administración, pero no deja de ser una mera lista de deseos, ya que los congresistas del Capitolio toman las decisiones finales en materia presupuestaria.

El documento ofrece una nueva visión de lo que Biden está pensando mientras intenta detener la invasión rusa de Ucrania y se prepara para las elecciones de mitad de período del 8 de noviembre, en las que su Partido Demócrata podría perder el control del Congreso.

"El presupuesto del presidente reflejará tres valores importantes: la responsabilidad fiscal, la seguridad en el país y en el extranjero, y el compromiso de construir un Estados Unidos mejor", dijo un representante de la Casa Blanca.

"El presupuesto ayudará a mantener la seguridad de nuestras comunidades poniendo más policías en la calle para la vigilancia comunitaria, luchando contra la delincuencia con armas de fuego e invirtiendo en la prevención de la delincuencia y las intervenciones contra la violencia en la comunidad", dijo el representante.

Forzado por los desacuerdos dentro de su propio partido a echar el freno y seguir negociando sobre vastas franjas de su programa nacional conocido como "Reconstruir mejor", es poco probable que Biden incluya partidas para todas sus ideas sobre cómo mejorar el medio ambiente, la sanidad, la educación, la infraestructura de la vivienda y la competitividad industrial del país.

Sin embargo, aprovechará la oportunidad para dar su apoyo público explícito por primera vez a un nuevo impuesto que obligue a los multimillonarios a pagar al menos el 20% de sus ingresos en impuestos, incluso sobre las ganancias de las inversiones que no hayan sido vendidas.

La Casa Blanca dice que el impuesto se aplicaría al 0,01% de los hogares estadounidenses, los que valen más de 100 millones de dólares, y que más de la mitad de los nuevos ingresos provendrían de los hogares que valen más de 1.000 millones de dólares.

La medida reduciría el déficit público en 360.000 millones de dólares a lo largo de la próxima década, según han dicho.

Biden lleva mucho tiempo insistiendo en el mensaje de que el sistema fiscal estadounidense beneficia en exceso a los ricos y que éstos deberían contribuir a la prestación de más servicios sociales.

Dos fuentes dijeron a Reuters en febrero que se destinarán unos 773.000 millones de dólares al Departamento de Defensa, lo que, junto con otros gastos, supondrá un presupuesto total de seguridad nacional superior a los 800.000 millones de dólares.

La invasión de Ucrania por parte de Rusia el 24 de febrero ha intensificado la preocupación por la seguridad europea, mientras la Administración Biden sigue invirtiendo en investigación y desarrollo de misiles hipersónicos y otros dispositivos avanzados.

Estados Unidos no participa directamente contra Rusia en la guerra de Ucrania, pero está aportando a Kiev armas y una amplia asistencia. En colaboración con sus aliados europeos, también ha impuesto fuertes sanciones económicas contra Rusia.

El presupuesto también proyectará un déficit para 2022 de más de 1,3 billones de dólares menos que el año pasado, a medida que la economía estadounidense se recupera de la recesión provocada por el COVID-19 y la Administración de Biden se centra más en la sostenibilidad fiscal.

El Gobierno federal de EEUU, que tiene que hacer frente a los crecientes gastos sociales y de salud, especialmente para los ancianos, ha gastado más dinero del que ha percibido en cada uno de los últimos 20 años.

(Información de Trevor Hunnicutt; Información adicional de Mike Stone; edición de Stephen Coates; traducción de Flora Gómez)