"He pedido respetuosamente al gobernador del banco central y he dado instrucciones al ministro de Finanzas para que reduzcan al menos a la mitad esta inflación para finales del próximo año", declaró Orban a la radio estatal, añadiendo que esperaba ver una inflación de un solo dígito para finales de 2023.

Orban no dio más detalles, pero dijo que la lucha contra la inflación era primordial.

El banco central húngaro tiene uno de los mayores retos entre los responsables políticos centroeuropeos para frenar la inflación, después de que el mes pasado anunciara que pondría fin a su ciclo de fuertes subidas de tipos en un nivel del 13%.

La inflación saltó al 20,1% en septiembre desde el 15,6% de agosto. La inflación subyacente se situó por encima de las expectativas en el 20,7%.

Desde la reunión de tipos de septiembre, el forint ha caído a mínimos históricos frente al euro, presionado por la fortaleza del dólar, la dependencia húngara de las importaciones energéticas rusas y una disputa con la Unión Europea que ha restringido el acceso a miles de millones de euros de financiación.

El banco central celebrará una sesión informativa sobre política monetaria el viernes a las 0630 GMT.