El trabajo de las empresas agrícolas rusas no se ha visto perturbado de forma significativa por las fuertes inundaciones registradas en varias regiones, declaró el martes el ministro de Agricultura, Dmitri Patrushev, aliviando los temores sobre una posible destrucción de las cosechas.

La superficie de siembra de primavera se acerca a los 5 millones de hectáreas, un ritmo ligeramente superior al del año pasado, añadió el ministro.

Rusia espera registrar su segunda mayor cosecha en 2024, tras un récord de 147 millones de toneladas métricas de grano en 2023.

La superficie para la cosecha de este año aumentará en 300.000 hectáreas hasta los 84,5 millones de hectáreas, según declaró Patrushev en enero. Los cultivos de invierno se han sembrado en 20 millones de hectáreas.

Franjas del norte de Kazajstán y de la región rusa de los Urales se enfrentan a las peores inundaciones que se recuerdan, ya que las aguas del deshielo han desbordado los afluentes del séptimo sistema fluvial más largo del mundo, obligando a más de 125.000 personas a abandonar sus hogares.

El Ministerio de Agricultura informó de que se han declarado regímenes de emergencia en las regiones de Orenburgo, Altai, Kurgán y Tiumén. La región de Samara, a orillas del Volga, también corre el riesgo de sufrir inundaciones a gran escala, añadió.

Según los expertos del sector, los daños reales sólo podrán evaluarse cuando las aguas se hayan calmado. (Reportaje de Olga Popova y Vladimir Soldatkin; Edición de Mark Trevelyan)