Por Belén Carreño y Pietro Lombardi

MADRID/VALLADOLID, 17 jul (Reuters) - Con el objetivo de destacar las credenciales ecológicas de la ciudad de Valladolid, la ministra española de Transición Ecológica, Teresa Ribera, llegó la semana pasada en bicicleta a una reunión de la Unión Europea sobre el clima.

Sin embargo, mientras pedaleaba por un carril bici de reciente construcción, los programas que han convertido a Valladolid en una de las ciudades españolas más ecológicas se han visto amenazados tras la llegada al poder de una coalición formada por el conservador Partido Popular y el ultraderechista Vox.

Han prometido reducir su zona de bajas emisiones (ZBE) y desviar los carriles bici y de autobús para dar cabida a los automóviles.

En ciudades como Gijón, Castelló y Elche se están llevando a cabo o estudiando planes similares, después de que los dos partidos llegaran a acuerdos de coalición tras las elecciones municipales de mayo.

En un momento en que las encuestas apuntan a un Gobierno de coalición PP/Vox como el resultado más probable de las elecciones generales del próximo domingo, esta marcha atrás señala lo que podría ser un cambio más amplio en la política española sobre cambio climático.

Eso podría alterar el equilibrio en Europa, donde el debate sobre una ley para restaurar los ecosistemas degradados ha mostrado grietas en el apoyo a la agenda de la UE sobre ecología. Los diputados europeos la aprobaron en una reñida votación el 12 de julio.

Alberto Gutiérrez, nuevo concejal de movilidad de Valladolid, dijo que la ciudad rediseñaría los carriles bici y de autobús para mejorar el tráfico congestionado, y negó las afirmaciones de los grupos ciclistas, que alegan que es una forma encubierta de acortarlos.

Defendió la decisión de reducir la ZBE, y dijo que Valladolid ya tiene niveles de contaminación bajos.

SUICIDIO ENERGÉTICO

El vallisoletano Miguel Díaz, de 26 años, que trabaja en medios audiovisuales, dijo que utilizaba principalmente autobuses y una bicicleta para moverse por la ciudad. Las restricciones a la circulación de coches en el centro no le molestan, ya que es más rápido ir en bici.

Con la coalición socialista en el poder, España ha sido uno de los más firmes defensores de la transición energética de la UE hacia las cero emisiones netas de carbono, lo que incluye la inversión de 6.500 millones de euros (7.300 millones de dólares) para reducir el uso del automóvil privado.

Vox también se ha comprometido a derogar la ley española del clima, que establece la obligación de crear ZBE en las ciudades. El manifiesto del PP no hace referencia explícita a medidas para fomentar la movilidad sostenible.

"Los carriles bici han de ser útiles y no generar alarma social, por lo que cada ayuntamiento ha de analizar la ubicación más apropiada de acuerdo a su singularidad", ha dicho a Reuters un responsable del PP.

Vox, fundado en 2013, se ha vuelto cada vez más hostil a las medidas medioambientales. Dice que no utilizará las ayudas destinadas a la Agenda 2030 de Naciones Unidas, que incluye la movilidad sostenible. El líder de Vox, Santiago Abascal, ha calificado las políticas climáticas de la ONU de "suicidio energético".

Por detrás del PP en las encuestas, el presidente del Gobierno socialista, Pedro Sánchez, ha tratado de aprovechar la amenaza que supone la derecha para las políticas medioambientales con el fin de movilizar a sus votantes.

"En un país que somos referencia en transición ecológica y compromiso en la mitigación y adaptación contra el cambio climático, están poniendo al frente de ayuntamientos y de comunidades autónomas a gente que por acción u omisión son negacionistas del cambio climático", dijo Sánchez el 6 de julio.

"POLÍTICA POPULAR"

La estrategia de Vox se dirige a una minoría de personas molestas por los carriles bici, y los enmarcan como parte de la guerra cultural, dijo la politóloga Cristina Monge, de la Universidad de Zaragoza.

La eliminación de ZBE, la mayoría de las cuales han sido financiadas por los fondos de recuperación COVID de la UE, también podría afectar a nuevas transferencias a España.

Ayuntamientos que consideran la eliminación de ZBE dijeron que estaban estudiando la manera de evitar tener que reembolsar a Bruselas. Valladolid ha recibido 10,6 millones de euros para crear una ZBE y unos 4 millones para carriles bici.

Un portavoz de la Comisión Europea dijo que estos proyectos estaban relacionados con el cuarto desembolso que el próximo Gobierno tendrá que solicitar en otoño. Se negaron a hacer más comentarios.

Gijón, en el norte de España, es otra ciudad que está cambiando de rumbo en sus políticas de movilidad urbana.

La recién elegida alcaldesa Carmen Moriyón, de una escisión local del PP, que necesitó el apoyo de Vox para gobernar, ya ha cambiado el trazado de los carriles bici y eliminado la obligación de que los vehículos tengan una pegatina ambiental para poder aparcar en Gijón.

Los automóviles en Gijón, una de las ciudades más contaminadas de Europa según la Agencia Europea de Medio Ambiente, volverían a circular en "libertad", dijo.

De visita en Valladolid, el responsable comunitario de Clima, Frans Timmermans, afirmó que las medidas medioambientales no deben politizarse.

"Mejorar la calidad del aire, ¿es una política de izquierdas o de derechas? Es una política de los ciudadanos", dijo.

(1 dólar = 0,8917 euros)

(Reporte de Belén Carreño y Pietro Lombardi, redacción de Andrei Khalip y Belén Carreño; edición de Charlie Devereux y Angus MacSwan; editado en español por Flora Gómez)