La huelga se ha extendido desde que un grupo informal de conductores y propietarios de pequeños camiones empezaron a bloquear las carreteras y los puertos la semana pasada en respuesta al aumento de los costes del combustible, agravado por la invasión rusa de Ucrania.

Tres importantes asociaciones de transporte se sumaron al paro después de que el gobierno propusiera el lunes un paquete de ayuda de 500 millones de euros (550,45 millones de dólares) que los conductores rápidamente desestimaron por considerarlo insuficiente para compensar el aumento de los precios del gasóleo.

"A medida que la huelga se alarga está claro que no habrá más remedio que utilizar esta herramienta (el paro)", dijo en rueda de prensa José María Bonmati, responsable de la asociación empresarial AECOC.

Largas columnas de camiones recorrieron el miércoles las carreteras españolas y, en una señal del malestar que se extiende a otros sectores, los taxistas de Barcelona se sumaron a la protesta.

"No tengo ni idea de si es la guerra... Los precios ya habían empezado a subir antes", dijo Tito Álvarez, portavoz del sindicato de taxis Elite. "Lo que no puede ser (sin embargo) es que un taxista salga a la calle y le cueste dinero trabajar".

La mayor parte de la flota pesquera española también suspendió sus operaciones antes de una reunión con el ministro de Pesca, Luis Planas, el miércoles.

"Necesitamos 24.000 euros a la semana para el combustible, y si el barco gana unos 30 o 34.000, no merece la pena, ya que hay que pagar el seguro y otras cosas", dijo Ramón Alonso Maneiro, un pescador del puerto vasco de Ondarroa.

La principal asociación empresarial española, la CEOE, instó al Gobierno a que aclare sus planes para hacer frente al aumento de los costes energéticos y a que ponga fin a los bloqueos, que han obligado a algunas empresas a detener parcialmente la producción y han provocado la escasez de algunos productos.

"Es difícil entender... por qué no se han adoptado medidas más contundentes y rápidas", dijo, argumentando que Francia, Italia y Portugal ya habían anunciado medidas.

Reconociendo algunos desabastecimientos, los minoristas dijeron que el suministro de alimentos estaba garantizado e instaron a los consumidores a no hacer compras de pánico, al tiempo que presionaban a las autoridades para que encontraran una solución.

Ante el aumento de las tensiones, el gobierno ha convocado una reunión con las asociaciones de transporte para el jueves.