Un sábado reciente, unos 100 voluntarios se reunieron en una popular playa de la ciudad portuaria japonesa de Yokohama, vadeando los bajíos para plantar hebras de hierba marina de color verde claro en el lecho marino.

Lo que empezó como un proyecto para restaurar el ecosistema natural de la costa de la ciudad situada justo al sur de Tokio ha adquirido importancia nacional: ayudar a combatir el cambio climático, ya que Japón pretende alcanzar la neutralidad de carbono para 2050.

Japón, el quinto emisor mundial de gases de efecto invernadero, tiene una superficie menor que California, pero cuenta con algunas de las costas más largas del mundo. Eso hace que la vegetación marina sea un método viable para capturar al menos una fracción del dióxido de carbono que produce, afirman los científicos.

"A lo largo de este trabajo, hemos llegado a comprender que puede absorber y almacenar el carbono que provoca el cambio climático", afirma Keita Furukawa, científico marino de la Asociación para la Creación del Medio Ambiente Costero.

En una primicia mundial, el Inventario Anual de Gases de Efecto Invernadero más reciente de Japón, facilitado este mes a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), incluyó en sus cálculos el carbono absorbido por los lechos de hierbas marinas y algas.

El Ministerio de Medio Ambiente estima que en el año fiscal 2022, esa cantidad de carbono azul -el carbono que almacenan de forma natural los ecosistemas marinos y costeros- fue de unas 350.000 toneladas.

Aunque eso supone sólo el 0,03% de los 1.135 millones de toneladas de gases de efecto invernadero equivalentes a CO2 que Japón emitió ese año, el carbono azul ha adquirido más importancia a medida que los bosques del país envejecen, absorbiendo menos dióxido de carbono que los árboles más jóvenes.

La cantidad de gases de efecto invernadero absorbidos por los bosques descendió un 17% en el periodo de cinco años hasta 2022, según muestran los datos del gobierno, y Japón ha dicho que hará esfuerzos tanto en tierra como en el mar para capturar más carbono.

"Si la hierba marina creciera en todas las zonas poco profundas del mar en las que es posible que crezca, creo que podría absorber quizá el 10 o el 20% de las emisiones humanas", afirmó Furukawa. (Reportaje de Tom Bateman; Redacción de Kiyoshi Takenaka; Edición de Chang-Ran Kim y Miral Fahmy)