Según un comunicado de la oficina de Erdogan, también le dijo a Biden que Turquía esperaba que su solicitud de compra de 40 nuevos aviones de combate F-16 y de modernización de su flota actual se concretara lo antes posible.

Ankara había pedido inicialmente más de 100 jets F-35, fabricados por Lockheed Martin Corp, pero Estados Unidos retiró a Turquía del programa en 2019 después de que adquiriera sistemas rusos de defensa antimisiles S-400.

Turquía ha calificado la medida de injusta y ha exigido el reembolso de su pago de 1.400 millones de dólares.

Reuters informó el año pasado que Ankara había hecho una solicitud a Washington para comprar 40 F-16 fabricados por Lockheed Martin y casi 80 kits de modernización para sus aviones de guerra existentes.

La compra de los S-400 por parte de Turquía también ha desencadenado sanciones por parte de Estados Unidos. En diciembre de 2020, Washington incluyó en la lista negra a la Dirección de la Industria de Defensa de Turquía, a su jefe, Ismail Demir, y a otros tres empleados.

Una lectura de la llamada del jueves de la Casa Blanca no mencionó una discusión sobre las sanciones o la solicitud de Turquía con respecto a los F-16.

Pero dijo que Erdogan y Biden habían hablado de las oportunidades para fortalecer los lazos, además de la invasión de Rusia a Ucrania.

La asociación de décadas entre los aliados de la OTAN ha pasado por un tumulto sin precedentes en los últimos años por los desacuerdos sobre la política hacia Siria, el acercamiento de Ankara a Moscú, las acusaciones de Estados Unidos contra un banco turco de propiedad estatal y la erosión de los derechos y las libertades en Turquía.

Washington ha advertido repetidamente a Turquía que no compre más armamento ruso. Ankara ha dicho que tiene la intención de seguir adelante con la compra de un segundo lote de S-400 a Rusia, una medida que podría empeorar la ruptura diplomática con Estados Unidos.

Es probable que la solicitud de los aviones tenga dificultades para obtener la aprobación del Congreso estadounidense, donde el sentimiento hacia Turquía se ha agriado profundamente en los últimos años.

Los legisladores estadounidenses demócratas y republicanos instaron en octubre a la administración Biden a no vender aviones de combate F-16 a Turquía y dijeron que confiaban en que el Congreso bloquearía cualquier exportación de este tipo.