La construcción de la Gran Presa del Renacimiento Etíope (GERD), de 4.000 millones de dólares, comenzó en 2011 y Etiopía considera que el proyecto es crucial para impulsar su desarrollo económico.

Egipto y Sudán, sin embargo, consideran el proyecto una grave amenaza para sus vitales suministros de agua.

"Felicidades a todos por el cuarto llenado de la presa del Gran Renacimiento Etíope. Nuestra perseverancia nacional contra todo pronóstico ha dado sus frutos", escribió la oficina del primer ministro Abiy Ahmed en la plataforma de medios sociales X el domingo.

Con una capacidad proyectada de más de 6.000 megavatios, Etiopía considera la GERD como la pieza central de su apuesta por convertirse en el mayor exportador de energía de África.

Los tres países han mantenido prolongadas negociaciones sobre el proyecto.

En una señal de un posible avance en julio, el presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi y Abiy acordaron planes para finalizar un acuerdo entre los tres países sobre el llenado de la presa y las normas para su funcionamiento.

Pero el domingo el ministerio de Asuntos Exteriores egipcio declaró que el paso dado por Etiopía "lastra el curso de las negociaciones reanudadas, en cuya próxima ronda... se espera un avance tangible y real".