El gobierno de Mario Draghi se prepara para recortar su previsión de crecimiento para este año hasta el 2,8% desde el anterior objetivo del 4,7% fijado en septiembre, según las fuentes, en medio del aumento de los costes de la energía y la agitación vinculada a la invasión rusa de Ucrania.

Al confirmar el objetivo de déficit del 5,6%, Draghi se ve favorecido por el hecho de que, según las tendencias actuales, el déficit va camino del 5,3%, según las fuentes, lo que permite un margen potencial de 4.000 a 5.000 millones de euros (4.400 a 5.500 millones de dólares) de gasto adicional sin aumentar el objetivo actual. El déficit del año pasado fue del 7,2%.

Las nuevas cifras serán publicadas por el Tesoro la próxima semana en su Documento Económico y Financiero (DEF) anual.

Draghi se ha enfrentado a la presión de su coalición de gobierno para que apruebe un nuevo e importante paquete de gastos para apoyar el crecimiento de la tercera economía de la zona euro, y algunos jefes de partido podrían seguir intentando superar su intransigencia.

Las cifras todavía están sujetas a cambios marginales, ya que el Tesoro espera los datos definitivos sobre las finanzas públicas para el cuarto trimestre de 2021, que publicará la oficina nacional de estadística ISTAT el 5 de abril, dijeron las fuentes.

Para 2023, Roma ve ahora un aumento del PIB de alrededor del 2,5%, dijeron las fuentes, que pidieron no ser nombradas debido a la sensibilidad del asunto. La nueva previsión es inferior al objetivo oficial del 2,8% realizado en septiembre.

Las previsiones de crecimiento se basan en un escenario de política sin cambios, por lo que no incluyen el impacto de las nuevas medidas de apoyo que se financiarán a través del margen presupuestario.

Por esta razón, los objetivos finales del PIB serán algo más ambiciosos.

Italia creció un 6,6% el año pasado, tras una contracción récord del 9,0% en 2020, provocada por los prolongados cierres por coronación.

Este año no empezó bien. La producción industrial italiana se desplomó un 3,4% en enero respecto al mes anterior, su mayor caída en más de un año, incluso antes de los vientos en contra generados por la guerra de Ucrania. El sentimiento de los consumidores y de las empresas se desplomó en marzo.

El conflicto ucraniano ha exacerbado los costes energéticos, ya de por sí elevados, y ha desencadenado una crisis de suministro para la agricultura.

El gobierno ha reservado hasta ahora más de 19.000 millones de euros desde el pasado mes de julio para intentar suavizar el aumento de los precios de la energía y los combustibles para las empresas y los hogares.

Italia, cuyos dos principales bancos tienen una considerable exposición a Rusia y que depende en gran medida de Moscú para sus necesidades energéticas, podría ver cómo se deterioran aún más sus perspectivas de crecimiento si Occidente intensifica sus sanciones contra Rusia.

El Kremlin ha advertido que Roma podría enfrentarse a "consecuencias irreversibles" si sigue este camino.

(1 dólar = 0,9059 euros)