El miércoles se desplomó hasta un mínimo de 0,9998 dólares y ha bajado casi un 12% en lo que va de año.

Comenzó el año con una nota fuerte antes de que la guerra en Ucrania alimentara la inflación y perjudicara las perspectivas de crecimiento del bloque.

He aquí un resumen de la importancia del movimiento.

¿CUÁL ES EL PROBLEMA?

Para empezar, una caída por debajo del nivel de 1 dólar es poco frecuente.

Desde su nacimiento en 1999, la moneda única ha pasado muy poco tiempo por debajo de la paridad. De hecho, la anterior vez que lo hizo fue entre 1999 y 2002, cuando se hundió hasta un mínimo histórico de 0,82 dólares en octubre de 2000. Los billetes y monedas de euro no se introdujeron hasta el 1 de enero de 2002, y la moneda sólo existía antes de ese día como unidad de cuenta para liquidar las transacciones transfronterizas.

En sus relativamente cortas dos décadas de historia, el euro es la segunda moneda más buscada en las reservas monetarias mundiales y el volumen de negocios diario del euro/dólar es el más alto entre las monedas del mercado mundial de 6,6 billones de dólares al día.

PERO TODO ES DÉBIL FRENTE AL DÓLAR

Es cierto. La libra esterlina y el yen también han caído este año, en parte porque las subidas más agresivas de los tipos de interés en Estados Unidos han aumentado el atractivo del dólar y también porque el temor a la recesión mundial ha hecho que los inversores acudan en masa al dólar como refugio.

Se espera que el Banco Central Europeo comience a subir los tipos en su reunión del 21 de julio. La Reserva Federal subió los tipos en 75 puntos básicos en junio.

Los crecientes temores de que la subida de los precios del gas en Europa haga que la zona del euro sea más susceptible a los riesgos de recesión también explican que el euro esté siendo golpeado con fuerza ahora.

Algunos bancos mundiales pronostican una recesión para la zona del euro ya en el tercer trimestre.

Gráfico: La crisis del gas arrastra al euro hacia la paridad- https://fingfx.thomsonreuters.com/gfx/mkt/xmpjodgebvr/euroGAS0807.PNG

¿CAERÁ MÁS EL EURO?

Algunos economistas creen que sí. Nomura tiene un objetivo a corto plazo de 0,95 dólares.

Los analistas afirman que hasta que no mejoren las perspectivas económicas, el euro seguirá de capa caída. Aunque el BCE suba los tipos, la Reserva Federal está subiendo más, lo que atrae el efectivo a Estados Unidos. El euro también podría verse perjudicado por los riesgos de fragmentación, cuando los costes de los préstamos de los Estados más débiles aumentan más que los de los más ricos.

Un factor favorable para el euro es que ponerse en corto es ya una operación popular en los mercados de divisas en estos momentos y el posicionamiento bajista se está acercando a niveles históricos. Eso podría impedir que el euro cayera bruscamente.

Grafía: Los niveles de deuda de la zona euro van en aumento- https://fingfx.thomsonreuters.com/gfx/mkt/zgpomxwjgpd/DEBT0807.PNG

¿QUÉ SIGNIFICA ESTO PARA EL BCE?

Un gran dolor de cabeza. Dejar que la moneda caiga impulsaría una inflación que ya es récord, lo que aumentaría el riesgo de que el crecimiento de los precios se afiance en una tasa muy superior al objetivo del BCE del 2%.

Pero luchar contra los mínimos de 20 años del euro requeriría subidas de tipos más rápidas, lo que podría aumentar la miseria de una economía que ya se enfrenta a una posible recesión.

Los estudios citados con frecuencia por el BCE sugieren que una depreciación del 1% del tipo de cambio eleva la inflación un 0,1% en un año y hasta un 0,25% en tres años.

¿SE AVECINA UNA INTERVENCIÓN?

Hasta ahora, el BCE ha restado importancia a la debilidad del euro, argumentando que no tiene un objetivo de tipo de cambio, aunque la divisa sí importa como parte de los cálculos de inflación más amplios

El euro se ha desplomado casi un 12% frente al dólar en lo que va de año. Pero en una base ponderada por el comercio - frente a las monedas de sus socios comerciales - el euro sólo ha bajado un 3,6%.

Para apuntalar el euro, el BCE podría dar señales de un endurecimiento más agresivo, incluyendo una subida de tipos de 50 puntos básicos en septiembre, y más movimientos en octubre y diciembre.

Los analistas consideran improbable una postura más dura, dado el deterioro de las perspectivas de crecimiento.