Las votaciones presidenciales y parlamentarias, fijadas para el 14 de mayo con una posible segunda vuelta el 28 de mayo, decidirán no sólo quién dirige Turquía sino también cómo se gobierna, hacia dónde se dirige su economía y la forma de su política exterior.

Erdogan, el líder más longevo de la Turquía moderna, ha defendido la piedad religiosa y los bajos tipos de interés en su país, al tiempo que afirmaba la influencia turca en la región y aflojaba los lazos del miembro de la OTAN con Occidente.

Las elecciones se celebran tres meses después de que los terremotos en el sureste de Turquía mataran a más de 50.000 personas.

El principal contrincante de Erdogan es Kemal Kilicdaroglu, líder del secularista Partido Republicano del Pueblo (CHP), que cuenta con el respaldo de una alianza de seis partidos de la oposición.

LO QUE ESTÁ EN JUEGO PARA TURQUÍA ...

Erdogan, el líder más poderoso desde que Mustafá Kemal Ataturk fundara la moderna república turca hace un siglo, y su Partido AK, de base islamista, han alejado a Turquía del proyecto laico de Ataturk.

Erdogan también ha centralizado el poder en torno a una presidencia ejecutiva, con sede en un palacio de 1.000 habitaciones a las afueras de Ankara, que establece la política sobre los asuntos económicos, de seguridad, nacionales e internacionales de Turquía.

Los críticos de Erdogan afirman que su gobierno ha amordazado la disidencia, erosionado los derechos y sometido el sistema judicial a su dominio, una acusación negada por los funcionarios que afirman que ha protegido a los ciudadanos frente a amenazas de seguridad únicas, incluido un intento de golpe de Estado en 2016.

Los economistas afirman que los llamamientos de Erdogan a unos tipos de interés bajos dispararon la inflación hasta un máximo de 24 años del 85% el año pasado, y la lira se desplomó hasta una décima parte de su valor frente al dólar en la última década.

... ¿Y EL RESTO DEL MUNDO?

Bajo el mandato de Erdogan, Turquía ha desplegado su poder militar en Oriente Próximo y más allá, lanzando cuatro incursiones en Siria, librando una ofensiva contra los militantes kurdos dentro de Irak y enviando apoyo militar a Libia y Azerbaiyán.

Turquía también fue testigo de una serie de enfrentamientos diplomáticos con las potencias regionales Arabia Saudí, Egipto, Emiratos Árabes Unidos e Israel, así como de un pulso con Grecia y Chipre por los límites marítimos del Mediterráneo oriental, hasta que cambió de rumbo hace dos años y buscó el acercamiento con algunos de sus rivales.

La compra de defensas antiaéreas rusas por parte de Erdogan provocó sanciones de la industria armamentística estadounidense contra Ankara, mientras que su cercanía al presidente ruso Vladimir Putin llevó a los críticos a cuestionar el compromiso de Turquía con la alianza de defensa occidental OTAN. Las objeciones de Ankara a las solicitudes de ingreso en la OTAN de Suecia y Finlandia también han suscitado tensiones.

Sin embargo, Turquía también medió en un acuerdo para las exportaciones de trigo ucraniano, subrayando el papel potencial que Erdogan ha apostado en los esfuerzos para poner fin a la guerra de Ucrania. No está claro que un sucesor gozara del mismo perfil que él ha creado en la escena mundial, un punto que probablemente subrayará en la campaña electoral.

¿QUÉ PROMETE LA OPOSICIÓN?

Los dos principales partidos de la oposición, el secularista CHP y el nacionalista de centro-derecha Partido IYI, se han aliado con cuatro partidos más pequeños bajo una plataforma que revertiría muchas de las políticas emblemáticas de Erdogan.

Han prometido devolver la independencia al banco central y revertir las políticas económicas poco ortodoxas de Erdogan. También desmantelarían su presidencia ejecutiva en favor del anterior sistema parlamentario y devolverían a los refugiados sirios.

También pretenden mejorar las relaciones con los aliados occidentales, incluido Estados Unidos, y devolver a Turquía al programa de aviones de combate F-35, del que fue bloqueada tras comprar defensas antimisiles rusas.

Los analistas creen que las políticas prometidas por la oposición podrían estimular la inversión extranjera.

Erdogan apoyó los esfuerzos fallidos para derrocar al presidente sirio Bashar al-Assad, al tiempo que acogía al menos a 3,6 millones de refugiados sirios que se han vuelto cada vez menos bienvenidos en un momento de dificultades económicas en Turquía.

La oposición se ha hecho eco de los planes de Erdogan de devolver a algunos refugiados a Siria, pero ninguno de los dos ha establecido cómo podría llevarse a cabo con seguridad.

¿CÓMO DE REÑIDA ESTÁ LA CARRERA?

Las últimas encuestas muestran a Kilicdaroglu por delante de Erdogan, cuya popularidad se ha visto afectada por una crisis del coste de la vida causada por una inflación galopante. La cara unida presentada por la oposición ha impulsado sus posibilidades, según los analistas.

Pero Erdogan sigue en liza, y es muy posible que la carrera presidencial llegue a una segunda vuelta entre él y Kilicdaroglu.

Los sondeos iniciales tras el terremoto del 6 de febrero habían sugerido que era capaz de conservar en gran medida el apoyo a pesar de las acusaciones de que el gobierno había tardado en responder y había aplicado laxamente normas de construcción que podrían haber salvado vidas.

Sigue siendo clave cómo conseguirá la oposición el apoyo de los votantes kurdos, que representan el 15% del electorado.

El prokurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP) no forma parte de la principal alianza de la oposición, pero se opone ferozmente a Erdogan tras la represión de sus miembros en los últimos años.