FTX, ahora dirigida por el especialista en reestructuraciones John Ray, dijo que el fundador de la empresa, Sam Bankman-Fried, dirigió FTX como un "negocio familiar" y malversó miles de millones en fondos de clientes en beneficio de un pequeño círculo de personas con información privilegiada, incluidos sus padres.
Sam Bankman-Fried se ha declarado inocente de los cargos de haber estafado a los clientes de FTX utilizando sus fondos para apuntalar sus propias inversiones de riesgo. Actualmente se encuentra en prisión a la espera de un juicio cuyo inicio está previsto para el 3 de octubre. Otros antiguos ejecutivos de FTX se han declarado culpables de cargos penales.
Los abogados de Bankman y Fried, Sean Hecker y Michael Tremonte, dijeron en un comunicado conjunto que las afirmaciones de FTX eran "completamente falsas" y que la nueva demanda era un despilfarro de fondos que podrían devolverse a los clientes de FTX.
"Se trata de un peligroso intento de intimidar a Joe y Barbara y de socavar el proceso del jurado pocos días antes de que comience el juicio de su hijo", afirmaron Hecker y Tremonte.
La demanda de FTX alega que Bankman y Fried aceptaron de FTX un regalo de 10 millones de dólares en efectivo y una lujosa propiedad de 16,4 millones de dólares en las Bahamas, incluso cuando la empresa se tambaleaba al borde del colapso. Bankman y Fried también presionaron a FTX para que realizara decenas de millones de dólares en contribuciones benéficas, entre ellas a la Universidad de Stanford, dijo FTX.
El padre de Bankman-Fried, especialista fiscal de la Facultad de Derecho de Stanford, se posicionó a menudo como el "adulto en la sala" en una empresa dirigida por su hijo, ahora de 31 años, y otros ejecutivos con poca experiencia en gestión. Pero Bankman "permaneció en silencio" cuando vio señales de advertencia de fraude e hizo poco por impedir que los dirigentes de FTX malversaran los fondos de los clientes, según la demanda.
Fried fue la que más influyó en las contribuciones políticas de FTX, haciendo que Bankman-Fried y otros ejecutivos aportaran millones de dólares directamente a un comité de acción política que ella cofundó, según FTX.
FTX se declaró en quiebra en noviembre de 2022 a raíz de las denuncias de que hizo un uso indebido y perdió miles de millones de dólares en depósitos de criptomonedas de sus clientes.
FTX ha recuperado más de 7.000 millones de dólares en activos para reembolsar a los clientes, y persigue recuperaciones adicionales a través de demandas contra personas con información privilegiada de FTX y otros acusados que recibieron dinero de FTX antes de que quebrara.
